La ves ahí, sonriendo, dando el pecho, con una AK-47 colgando del hombro; y te flipa. Te viene a la memoria el poema de Mario Benedetti, “Defender la alegría como una trinchera”. Ella es la revolución. Esa sonrisa que atraviesa tu retina para llegar al fondo del corazón; la fuerza de una mujer que alimenta a otra vida y está dispuesta a disparar por un futuro mejor para ella y su bebé.
No debes ser el único que siente eso al ver a la miliciana de Waswalito. En 1984 pusieron su foto en cientos de carteles para captar fondos en solidaridad con la revolución sandinista, y recaudaron millones de dólares. Y es que a esa mujer, a esa chica en realidad, porque en el momento en que se tomó la foto tenía 19 años, la querían matar, la querían violar. Y no eran amenazas; en el mismo instante en que se tomó aquel retrato, la “Contra” nicaragüense estaba ejecutando a campesinos como ella, en Chile los golpistas todavía arrancaban a niños como el suyo de los brazos de sus madres “subversivas”, mujeres a quienes luego arrojarían al mar, para entregárselos a las familias sin hijos afines a la Junta Militar. ¿Cómo no hacer un donativo para su causa? ¿Qué imagen mejor para pósters, camisetas, incluso murales?
En realidad, esa chica no era la Revolución, ni tampoco un personaje de cuento. La miliciana de Waswalito era y es una persona que siente hambre, sueño, que probablemente haya tenido amores y desamores, luces y sombras. Así que más de 30 años después, te preguntas qué ha sido de ella. Sabes que aunque ganó la guerra, su revolución se desmoronó. Y te preguntas si la acabaría comiendo la mierda, como a tantas mujeres campesinas de su generación.
Y la encuentras. Porque aparece en las noticias. Descubres que sobrevivió, que se llama Blanca y que además del bebé al que daba de mamar con su AK-47 al hombro, ha tenido 14 hijos más. Nada raro en el campo nicaragüense. Y parece, sólo parece, porque no lo sabes a ciencia cierta, que sí, que le comió la mierda. Porque la noticia es que una empresa le ha regalado una vivienda como acto publicitario. Y en el reportaje que le hacen para anunciarlo, cuentan que de los 15 hijos que tuvo, vio morir a 5, y que le regalan la vivienda porque no tenía dónde habitar y había tenido que huir del último hogar por problemas de deudas. Eso suena bastante a que te ha comido la mierda; aunque tal vez a ella no se lo parezca, y seguro que tiene una historia vital y personal mucho más compleja de resumir.
Lo que está claro es que si la has encontrado, ha sido porque algún nostálgico transformado en empresario debió sentir una punzada en el alma al ver su sonrisa congelada en el tiempo; como tú, se enteraría de que estaba jodida y decidió ayudarla. Pero claro, ya que la ayudaba, qué menos que hacer algunas fotos, más fotos que quizás se contagiasen de algo de la fama de la original. Lo que puede parecer es que a la miliciana de Waswalito la comió la mierda, y que al final la sacó del pozo el tipo que quería regalarle una casa y hacerle nuevas fotos 30 años después. Esa es la información que queda; y según el publirreportaje donde la encuentras, ella sigue sonriendo, ajena al folclore revolucionario.
Fuente:
La miliciana de Waswalito y MLR Forestal: https://mlr.com.ni/la-miliciana-de-waswalito-y-mlr-forestal/
3 respuestas
Esta foto y muchas más son testigos silenciosos de sueños traicionados y robados a miles de jóvenes que murieron creyendo que habría un futuro mejor para Nicaragua, tristemente la realidad es cruel, una nueva dinastía nació peor que la anterior, cruel, asesina y corrupta, el peor de los males ha sido la corrupción que se mueve a sus anchas entre empresarios, banqueros, políticos corruptos y la familia en el poder, serán décadas de un nuevo futuro para extirpar ese cáncer de la sociedad nicaragüenses, espero que las nuevas generaciones lo logren y aprendan de los errores cometidos por el pueblo y caudillos que se creen dioses.
Así como ella tantas jóvenes han vivido la mierda de una u otra forma en esta sociedad llena de tanta miseria dónde la ambición por el poder es más grande que el amor a un pueblo ?
Muchas gracias por haber escrito esta historia y muchas gracias por estar al corriente de Nicaragua, un país olvidado y con un futuro robado, escondido en el exilio pero aún así se lleva en el corazón y siempre duele. Gracias ❤️